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domingo, 9 de noviembre de 2014

releyendo al Sr Grey


He vuelto a leer 50 sombras de Grey, me pregunto si es tan malo como por qué no me lo pareció, he estado buscando una respuesta a qué es lo que molesta tanto literariamente hablando.
Hay puntos que me quedan claros. Pero nada tiene que ver con la narrativa.
Ok, sí la historia es más de romance que erótica, aunque sigo sin entender qué tiene de malo el romance y lo erótico, acaso creen que las mujeres románticas no pueden poseer una vena perversa? O es que como con el Marqués de Sade, el erotismo se limita a un acto carnal en el cual los sentimientos no están involucrados.
Me parece que muchos de los que juzgan la literatura del Sr Grey lo hacen equivocadamente, es decir, creo que es cierto, la idea del amor que planeta es un poco muy retorcida, y quizá sea una ofensa a los principios feministas.
Y sí, también es cierto que apenas se asoma ligeramente a lo que es el mundo real del BDSM.  Sin embargo, tiene una ventana muy clara a lo que muchas mujeres aún sueñan o soñamos, y creo (cada vez me convenzo más) de que ahí radica el éxito de la saga.
Y no, no es que las mujeres fantaseemos con un tipo que nos humille o haga sentir inferiores.
Pero el asunto es que, muchas veces, es cierto que buscamos el tipo obseso del control, que nos haga sentir estar al lado de un hombre, y lo que es peor, nuestras necesidades maternas o incluso propias del control, de super héroe o no sé yo qué demonios, ahí dirán los psicólogos expertos, no hace invariablemente querer ser las “salvadoras”.
A muchas mujeres les encanta la idea del niño perdido, ese al cual debemos salvar porque las circunstancias lo han convertido en lo que es. Y ese niño perdido suele venir en disfraces muy excitantes.
Puede ser el rebelde sin causa, que hay que domesticar, ese artista salvaje, chico malo, o cerrado emocionalmente, (que en el caso de Grey, es casi todo junto) al cual queremos convertir con amor en una persona de bien. Lo curioso es que una vez logrado suelen perder el atractivo.
Pueden gustarnos más del tipo sensible, que no teme demostrar sus emociones y llora con la escena de la muerte de la mamá de Bambi, porque creemos que está en contacto con su lado femenino , pero llega el punto en que si esto es excesivo, pasamos a aburrirnos y buscar algo más masculino porque la estúpida genética interfiere y un chico así no parece ser el proveedor adecuado para proteger un hogar.
Puede ser el inútil, que normalmente pasa a ser nuestro hijo, y entonces le decimos cosas como, llévate un sueter, no olvides llamar a tal, recuerda que equis…. Esta suele ser una faceta que a veces ocasionamos nosotras, la comodidad de ser atendido suele sobreponerse al deseo de independencia y un día te encuentras harta de que no sea capaz de hacer absolutamente nada por sí mismo.
Y entonces, un día llega el Sr Grey y lo pone todo de cabeza. Es atractivo, seguro, autosuficiente, todo un hombre, es un dios en la cama y lo controla todo.
Y sin embargo… es sensible, se enamora de su chica, está roto por dentro, necesita un amor que nunca ha tenido, es una víctima de las circunstancias, es un niño perdido con un apetito voraz al cual hay que salvar de las garras del padrastro abusivo, de la señora Robinson.
Y entonces me acuerdo de mi, hace algunos años, cuando aún creía que el amor podía con todo.
Recuerdo a ese chico mucho mayor que yo, un hombre completo  con sus 26 años y toda la experiencia del mundo.  Bueno, eso creía yo a mis 19.
Recuerdo la primer vez que lo vi, no estábamos solos y sin embargo no tengo idea de qué hablamos, sólo lo recuerdo a él y no poder dejar de mirarlo y escucharlo.  Las siguientes veces no fue mejor, estar cerca de él me cortaba el aire, me sentía torpe y poco agraciada a su lado, me mantenía callada, cosa que pocos han logrado, sólo queriendo saber y oír todo de él, tenía una visión del mundo fascinante y por supuesto mucho más sabia que la mía. Cuando los coqueteos iniciaron, era yo incapaz de entender si eran reales o sólo mi alocada imaginación queriendo que así fuera, y cuando al fin pasó algo entre nosotros, sabía que estaba entrando en terreno peligroso, pero eso no me detuvo. Porque a pesar de todo había, algo sobre lo que yo sabía mucho más que él, amor, o eso pensaba. Porque mi perfecto y propio Christian Grey también estaba roto, y no creía en el amor, le habían roto el corazón lo suficiente y no se permitiría ser vulnerable. Pero yo, yo sabía que podía abrirlo, romper esa carcaza de piedra y metérmele en la piel.
Sobra decir que no lo logré, y lo único que conseguí fue aprender que el sexo con amor es muy bueno, pero el sexo sin amor no está mal, si saben lo que hacen. Y aunque hace ya un buen tiempo de ello, y mis sentimientos hacia el chico en cuestión han cambiado mucho a lo largo del tiempo, y su capacidad de hipnotizarme desapareció en cuanto la madurez de ambos igualó las cosas, mientras leía 50 sombras, pude recordar perfectamente la sensación.
Y me pregunto si habrá alguna mujer que no sea capaz de recordar ese mismo sentimiento, quizá no todas lo hemos sentido. Pero  quienes hemos caído en las garras de un amor imposible, peligroso, tormentoso, etc. quizá sabemos que no es lo mejor, pero puede resultar muy divertido.
Y entonces, cuando eres una persona sensata, que ha decidido cambiar una relación así, por la estabilidad, por algo saludable, duradero, no hay mejor sitio que las páginas de un libro para olvidarte de eso,  meterte a las sábanas con Christian Grey, es exactamente igual que cualquier otra fantasía, mucho mejor en la seguridad de  la mente de lo que sería en la vida real.
Es como pensar en llevarte a la cama al chico de las películas, al profe de tu hijo (o al tuyo según sea el caso), al hermano súper problemático de tu amiga. Al perfecto esposo de tu prima. Es algo que en la vida real resultaría insensato, peligroso y probablemente sin final feliz, pero tentador como nada.
Y, al igual que con otras fantasías, el problema viene cuando lo llevas a la vida real.
Cuando después de los azotes en el trasero, o las humillaciones, tu esposo no es Christian grey, sino solo el tipo que se da la vuelta en la cama para dormir lejos en lugar de acunarte cuando te ha dejado vulnerable.
O cuando sabes que el chico malo se quedará malo, pero aún así insistes en entregarte y querer rescatarlo con tu amor, dejando que te convierta en su esclava literalmente, sin obtener ninguno de los beneficios del sr Grey, sino solo un sentimiento de vacío.
Y a niveles más estúpidos, cuando se te pasa la mano y no puedes literal sentarte en días, o debes llamar a los bomberos para que abra las esposas porque perdiste la llave, o a la ambulancia porque resbalaste en la ducha al intentar una pose complicada con el suelo mojado.
Así que, una vez releído 50 sombras, encuentro poco más contenido que la vez anterior, es un libro para la cabecera, para llenarte de sueños inquietantes y fantasías eróticas, porque sí, las románticas también podemos ser apasionadas. Es una novela de amor llena de sexo, y el Marqués de Sade se sentiría muy ofendido al respecto, pero sin duda es más probable que al sr Grey le permitiera colarse en mi cama que al rey del sadismo. Porque es cierto, 50 sombras de grey no habla realmente sobre el BDSM, ni a muchas les importa eso, porque  la gran mayoría de las chicas, podemos soportar ligeras dosis de dolor cuando más (algunas ni eso), pero lo que realmente disfrutamos es un hombre capaz de hacernos conocer sensaciones que ni siquiera imaginamos,  de sentirnos deseadas, excitantes y sensuales, y algunas, es cierto, están dispuestas a pagar el precio de la humillación a cambio, pero no todas, y justamente eso es lo que hace interesante al Sr Grey, a diferencia de el Marques de Sade, aquí se trata de reciprocidad, y no sólo de complacer por complacer, existe en cada caso una recompensa.
Y ese es un premio muy tentador, pero claro, no es algo que se encuentre tan fácil, y creo que por eso es tan exitoso.

Sin embargo, por tentador que resulte, creo que debería venir con una leyenda que diga, no intente esto en casa, o: 50 sombras es un libro de amor con mucho sexo, no un manual de erotismo. Y así quizá nos ahorraríamos muchos problemas con los puritanos del Porno literario y el BDSM.
Por cierto, espero casi con ansias la película, pero sé que la decisión sobre si valdrá la pena verla, la tendrá el comité que decida las clasificaciones, una película para más de 18 años (o incluso 21), seguramente será un éxito a nivel morb, si la dejan en 17+, casi seguro será sólo una melosa historia de amor con algunas escenas de sexo velado por sábanas y cortinas de ducha.  

3 comentarios:

  1. No me gusta para nada ese libro, pero no voy a discutírtelo, cada quien sus gustos. Solo paso a decirte que los hombres también buscan una Cristian Grey en versión mujer: putas rebeldes que por dentro están dañadas, que tienen una visión madura de la vida y la sexualidad, que son independientes y de carácter fuerte. Creeme, nunca falla! Se enamoran queriendo volverlas vulnerables y en realidad son ellos los que acaban desnudos en todos los aspectos.

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    Respuestas
    1. Trata a una mujer como la princesa que es y la convertiras en la rebelde que deseas... es solo cuestion de dar y recibir... no tan literalmente

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  2. Mas bien considero la situacion de su literatura medio peligrosa, pone de nuevo en la mano las situaciones peligrosas que comento y uso Sade en su literatura. Inclusive en ambas literaturas, el sadomasoquismo, la represntacion de dolor y el medio en como es retratada la mujer es denigrante.
    Ahora existen reglas y estatutos del trato digno de personas que desean vivir en el BDSM y hasta los esclavos sexuales tienen derechos, dando por sentado que el Amo debe de ser responsable con su propiedad. En la literatura de Grey noto mas bien una adoctrinacion, una situacion de poder e influencia, no es romanticismo, en lo personal es solo despersonalizacion y creacion de codependencia. Te invito leas un poco el mundo que intenta recrear Grey y te formes una opinion mas certera.

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